sábado, mayo 07, 2011

Encuentro

Ante mi veinticinco centímetros,

cincuenta a veces;

y yo deseando ser capitana de dragones

sin más armadura que mi pelo suelto,

el de antes; para levar los puentes

que nos resguardan

del atávico peligro de la entrega,

la duda del salto,

el empujón que pueda

decirle a la ilusión que nunca es tarde.


El cielo de mi mano

recorriéndole la espalda…

el pecho que le adivino

poblado de pájaros

y ranas doradas

regado sobre los míos.


Ansiosa cierro los ojos:

entonces él se acerca despacio

y ya no son siquiera diez los centímetros

sino cinco, cuatro, tres dos uno:

sus labios agua fresca y los míos silencio

y somos peces y el mar es ancho y nuestro

y ya no hay miedo ni poesía

porque no hacen falta.

Julia

5 de abrll, 2011

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