viernes, abril 25, 2008

Luna Menguante

Mengua la luna.
Por los contornos más profundos
se me desatan las mareas.
Lloro, menstrúo, ansío.
Aplico compresas, contengo corrientes
Bebo
Ansío.

Mengua la luna
por los gestos más correctos
se me anuncian deseos.
Río, menstrúo, ansío.
Aplico ungüentos, censuro propuestas.
Bebo
Ansío.

Mengua la luna.
Por entre las palabras
se cuelan guiños.
Río, menstrúo, ansío.
Me encierro bajo siete llaves, me arropo de miedo.
Bebo.
Ansío.

Menguo yo.
Menstrúa la luna.
Llueven los ríos.

Voy al baño.
Sobre la loza blanca
gritan irreverentes
rojísimas gotas de vida.
Todo lo salpican, lo desordenan
lo descubren.

Me desfloran, me deshojan.
Duelen.

Se me revela el amor
de nuevo
y no sé qué hacer con él.

Menguo, menstrúo, siento miedo.
Lluevo. Me desangro.

Corro a limpiar los regueros,
los platos rotos
pedacitos de mi misma.
Roja, quebrada,
Desparramada.

Me quito los calzones húmedos
Voy al closet, saco unos limpios y secos.
No hay nada que dos
kotex nocturnas juntas
superpuestas, amontonadas...
no puedan mitigar.

Afuera la vida pasa como una ciruela
a veces gorda , jugosa y amarilla
a veces seca , arrugada, coagulada
mientras es la procesión la que sigue por dentro
y no pasa.

No pasa.

miércoles, abril 09, 2008

Postalita

Todas las noches,
antes que las sábanas me abracen,
pienso en vos de nuevo,
again de nuevo,
de nuevo otra vez...

A veces vuelvo la cara
y me encuentro la tuya
sonriendo, desde la otra almohada....
entonces te beso despacio
y me besás

y me decís buenas noches
y nos acomodamos

Más tarde,
cuando me resbalo
hasta el territorio insondable de los sueños
desde allí me volvés a saludar.

El otro día caminamos largo rato de la mano
luego nos sentamos
como las parejas de postal
en un parque de París
a comer pan con queso
debajo de un árbol,
o no sé si era en Nueva York...
paseaban las familias,
los perros correteaban...
vos y yo seguíamos juntos.


Acostado en mi regazo
desde arriba te volvía yo a ver
de nuevo enamorada
como de años

nos volvimos a besar

Hemos andado en una besuqueadera
todos estos últimos días.
¿ No has sentido los labios húmedos?
¿ la suavidad?
No te has pillado cerrando los ojos
ante el espejo.

No es raro.
Soy yo,
la que sueño
todos los días con vos.



Ha sido tan hermoso
acariciarte el pelo...
y eso fue sutil,
pero no lo soñé